Fresco y refresco...

Fresco.
Necesito un momento para refrescarme, de tres maneras.
Física, psicológica y espiritualmente.
Fresco físicamente: soy hombre de temperatura de 37,5º ( puede que ya bordée los 38º sin tener fiebre).Verano, tú y tu cronológico cáncer a la piel me matan en este cuarto del año. Un sorbo de agua, una ducha fría o simplemente comerme un hielo me ayudará. Ya estando fresco físicamente, puedo pasar al siguiente refresco.
Fresco psicológicamente: reitero, soy humano. Soy bombardeado día a día con noticias apocalípticas y tristes, muertes, robos y otras decadencias. No sorprenden pero si perturban. Me debo tomar un tiempo para reflexionar, hablar y encerrar a mi lado sombrío. No pretendo andar po ahí con cara de arco iris pero si quiero andar por ahí liviano de pensamientos. Ya estando fresco de cerebro puedo pasar a refrescar mi alma.
Fresco espiritualmente: Ya aquí puedo decir que me encanta hacer introspecciones conmigo, pero estar fresco espiritualmente es algo más allá. Es aceptar que soy energía. Que hay algo que habita en mi, que crea sentimientos y emociones. Me da raciocinio. Me da una chispa que me acompaña y me hace sentir único. Y lo mejor de todo es que ésta fuente se refresca de una manera muy especial, siendo feliz. Claro, siendo feliz. No hay nada mejor que cuando haces el bien y se te es recompensado, pero ojo, las cosas no se deben hacer esperando algo a cambio, si no que sólo te darás cuenta que te llenará y te compensará el haber sido educado, respetuoso, prudente, paciente o solidario. Siendo feliz con cosas pequeñas o apreciando cada momento con lo que te agrade. Ahora ya estando fresco y refresco totalmente, puedo salir otra vez...